Se manifiesta un balance general satisfactorio del proceso de enfrentamiento a la COVID-19 en el territorio villaclareño, y así trascendió durante la sesión nocturna del Consejo de Defensa Provincial, en intercambio con su Grupo Científico Asesor y autoridades.
La delegada del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Villa Clara, María del Carmen Velasco Gómez, aseguró que el discreto descenso no es sinónimo de control de la enfermedad. Ello solo ocurrirá si se siguen cumpliendo con cautela las medidas establecidas.
Durante la pasada semana, en Santa Clara se apreció una grata disminución de los casos activos (35.99 por 100 000 habitantes), no así en municipios como Caibarién, con una elevada tasa de incidencia de 67.33 casos positivos por 100 000 habitantes. Con menor valor, pero también preocupante están Manicaragua (36.06), Remedios (34.13), Placetas (29.81), Ranchuelo (26.54) y Santo Domingo (20.46), mientras que en los restantes municipios son menores a 20 por cada 100 000 habitantes. La provincia registra un decrecimiento a 27.1 casos por 100 000 habitantes.
Las máximas autoridades del Consejo de Defensa Provincial, Yudí Rodríguez Hernández, su presidenta; y Alberto López Díaz, vicepresidente, resaltaron que se debe mantener una estrecha vigilancia sobre el comportamiento de la COVID-19, para evitar un rápido retroceso de los resultados alcanzados.
Asimismo, la doctora Gretza Sánchez Padrón, directora de Salud Pública en Villa Clara, insistió en que el fortalecimiento del autocuidado y la vigilancia desde las instituciones de salud trazarán el camino hacia la normalidad.
También en la sesión del Consejo de Defensa Provincial se conoció sobre un novedoso y multidisciplinar proyecto (aún en fase de prueba) enfocado en un sistema auxiliar diagnóstico basado en radiografías de tórax.
Finalmente, los expertos villaclareños prevén que el acumulado provincial de los casos confirmados estaría entre 1530 y 1560 casos positivos el 7 de marzo próximo, siendo el valor más probable entre 1550 y 1580 casos confirmados.
Las perspectivas del proceso epidémico plantean entonces una disminución gradual de los casos durante todo el mes de marzo, y una incidencia aún prolongada de la enfermedad, con casos activos (más aislados) hasta mediados de abril, aunque la provincia debe entrar en la fase de meseta desde la segunda decena de marzo, si no ocurren episodios extraordinarios en algún municipio o institución.